36ko gerra Soraluzen

Esteban Orbea Gallastegi (1930-2013)

Erredakzioa 2019ko urr. 16a, 07:29
Esteban Orbea Gallastegi.

Hilibris.com orrialdeko kontakizunen lehiaketara aurkeztu zuen Esteban Orbeak, 80 urteak beteak zituela, Salvador Hojarasca gaitzizenarekin gerra garaiko bizipenak jasotzen dituen kontakizuna, Almas en pena izenekoa.

 

Hemen pasarte batzuk: [...] Plaza de Bilbao. “Decir que nos encontrábamos apesadumbrados es mentir, ya que mientras veíamos llorar a nuestra madre con Bittori en brazos, y a Antoni y Rosita, desde la ventana del autobús, nos sentíamos totalmente aterrorizados.”

[...] Isla de Oleron. “Aquella fue una época triste pero relajada, ya que al menos los cuatro hermanos estábamos juntos, y la ausencia de los padres se atenuaba con la compañía continua que nos hacíamos, quisiéramos o no, con otros niños. [...] Allí pudimos apreciar la labor de las mujeres que nos acompañaron, que se encargaban de poner orden entre tanto niño desamparado. [...] Hicieron con algunos pequeños una verdadera labor sustitutiva de madres ausentes.”

Belgikan

[...] Lieja, Bélgica. La primera familia. “Habían transcurrido dos semanas y me sentía secuestrado por aquellos extraños que no deseaban otra cosa que agradarme.”

[...] En el orfanato. “A pesar de que le había considerado mi secuestrador (al padre de familia), me había familiarizado algo con él, por lo que me sentí abandonado y solo. Más solo que nunca. [...] Los días siguientes fueron infernales para mí.”

Bigarren familia

[...] Los Gillet, la segunda familia. “Transcurrió una semana [...] y llegó el sábado. [...] Me recibió una familia [...]. Entre aquella gente me sentí a gusto por primera vez  lunes vinieron a por mí para llevarme al orfanato, tal y como Roger me indicó, me escondí bajo el escritorio y a pesar de mi incredulidad, ocurrió lo ideado por él, es decir, que nunca volví a Glons. Y cuando mi hermano de adopción fue a buscarme y me llevó ante los demás, viendo sus caras de aprobación, supe que todo había sido ideado en familia. A partir de aquel instante se hizo la luz en mí. Aquellas personas que supieron tomar una decisión importante y ejecutarla de manera mágica se convirtieron en mi familia, y su casa en mi refugio, dándome todo lo que un niño de siete años necesita.”

Itzulera

[...]Vuelta al País Vasco. “Poco consuelo para mí, ya que tras casi tres años debía volver a una vida que ya no recordaba y a una familia a la que, a excepción de mis tres hermanos, ya no conocía. Había olvidado por completo las fisionomías de mis padres y de mis hermanas. Había olvidado hasta el idioma materno, mejor dicho los dos idiomas que hablábamos; euskera y castellano. Ahora yo era un niño belga que debía volver de nuevo a otro exilio tan voluntario por mi parte como el primero. [...] Todo era alegría entre mis padres y los mayores de mis hermanos y hermanas. Ellas, junto con mi madre, habían vivido tambien un duro exilio en Francia.